A.111 MERCADO SANTA CATALINA

 9-10-2024

MERCADO SANTA CATALINA

El Mercado de Santa Catalina, ubicado en el corazón de Barcelona, es un lugar vibrante y lleno de vida que refleja la rica cultura gastronómica de la ciudad. Inaugurado en 2005, este mercado es conocido por su diseño moderno y su estructura distintiva, que incluye un techo ondulado de colores brillantes que lo hace fácilmente reconocible.

Desde sus inicios, el Mercado de Santa Catalina ha sido un punto de encuentro tanto para los residentes locales como para los turistas. Aquí, los visitantes pueden encontrar una amplia variedad de productos frescos, desde frutas y verduras de temporada hasta pescados y mariscos recién capturados. Los puestos de charcutería y quesos ofrecen delicias locales, mientras que las panaderías y pastelerías deleitan con sus productos artesanales.

Además de los productos frescos, el mercado alberga una serie de bares y restaurantes donde se pueden degustar tapas y platos típicos de la cocina catalana. Es un lugar ideal para disfrutar de una comida informal, rodeado de la animada atmósfera que caracteriza a este espacio.

El Mercado de Santa Catalina no solo es un lugar para comprar alimentos, sino también un espacio cultural. A menudo se organizan eventos y actividades que promueven la gastronomía local y la sostenibilidad, lo que lo convierte en un punto de referencia en la vida comunitaria de Barcelona.

En resumen, el Mercado de Santa Catalina es un destino imprescindible para quienes deseen experimentar la esencia de la cocina catalana y disfrutar de un ambiente acogedor y dinámico. Sin duda, es un lugar donde los sabores, los colores y la cultura se entrelazan, ofreciendo una experiencia única en la ciudad.

Santa Caterina, inaugurado en 1848, fue el primer mercado cubierto de Barcelona. Desde 2005, la cubierta vuelve a ser su elemento diferenciador. Y es que la última reforma ha convertido al mercado en un referente de la arquitectura contemporánea y un punto de interés turístico. El tejado ondulante y lleno de colores es ya un nuevo símbolo de Barcelona.

En 1997 los arquitectos Enric Miralles y Benedetta Tagliabue reformaron el mercado originario obra de Josep Mas i Vila. El proyecto sólo mantiene 3 de las 4 fachadas originales y levanta un esqueleto de hierro, acero y hormigón que, en el interior del edificio, sobresale entre la estructura de arcos de madera que forman el techo.

Pero sin duda el protagonismo del nuevo mercado se lo lleva el tejado: una enorme estructura ondulada cubierta por 200.000 hexágonos de cerámica de 67 colores diferentes. Obra del ceramista Toni Cumella, representa las frutas y verduras que se venden en las puestos del mercado y llena la zona de luz y color.

La puesta en marcha del mercado ha contribuido a dinamizar el barrio. Ahora se reúnen bajo el mismo techo las paradas de producto fresco, un supermercado, restaurantes y la exhibición de los restos del antiguo convento dominico.

Santa Caterina, inaugurado en 1848, fue el primer mercado cubierto de Barcelona. Desde 2005, la cubierta vuelve a ser su elemento diferenciador. Y es que la última reforma ha convertido al mercado en un referente de la arquitectura contemporánea y un punto de interés turístico. El tejado ondulante y lleno de colores es ya un nuevo símbolo de Barcelona.

En 1997 los arquitectos Enric Miralles y Benedetta Tagliabue reformaron el mercado originario obra de Josep Mas i Vila. El proyecto sólo mantiene 3 de las 4 fachadas originales y levanta un esqueleto de hierro, acero y hormigón que, en el interior del edificio, sobresale entre la estructura de arcos de madera que forman el techo.

Pero sin duda el protagonismo del nuevo mercado se lo lleva el tejado: una enorme estructura ondulada cubierta por 200.000 hexágonos de cerámica de 67 colores diferentes. Obra del ceramista Toni Cumella, representa las frutas y verduras que se venden en las puestos del mercado y llena la zona de luz y color.

La puesta en marcha del mercado ha contribuido a dinamizar el barrio. Ahora se reúnen bajo el mismo techo las paradas de producto fresco, un supermercado, restaurantes y la exhibición de los restos del antiguo convento dominico.